Tradicionalmente nuestras familias se han unido por generaciones. Tenemos abuelos, tíos, primos, a uno y otro lado.
Por Luz Marina Perozo. Redactora de somoslarevista.com
Centenares de cucuteños, rosarences y otras zonas de la frontera se unieron este domingo a la marcha “Por la Dignidad y el Respeto de los colombianos”, convocada por la Academia de Historia de Norte de Santander, la cual partió a las 10 de la mañana del Templo Histórico de Villa del Rosario –cuna del general Francisco de Paula Santander- hasta cerca al puente internacional Simón Bolívar que une al corregimiento La Parada con San Antonio del Táchira.
El corto tramo de dos kilómetros se llenó de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, quienes con pancartas, música y el tricolor nacional, expresaron de manera pacífica su rechazo al cierre parcial de la frontera entre Colombia y Venezuela, decretado por el presidente venezolano Nicolás Maduro el pasado 19 de agosto, con lo cual le cambió la vida de la noche a la mañana a más de 1.300 colombianos que debieron buscar refugio en Cúcuta y Villa del Rosario. El Gobierno nacional y las autoridades locales han organizado albergues provisionales mientras se resuelve la dramática situación. A este número se suman miles de colombianos que han salido por su cuenta del vecino país que sobrepasan las 16.000 personas, según estadísticas oficiales.
La Marcha por la dignidad de los colombianos estuvo encabezada por los mandatarios de Norte de Santander, Cúcuta y Villa del Rosario, acompañados por sus secretarios de Despacho; rectores y estudiantes de las Universidades Francisco de Paula Santander, Unipamplona, UDES, FESC y Universidad Libre, entre otras; el Obispo de la Diócesis de Cúcuta, dirigentes gremiales y comunidad en general, entre ellos algunos deportados llevando estandartes con las fotos de sus familiares que fueron acusados de ser paramilitares y se encuentran detenidos en Venezuela.
Un potente sonido permitió escuchar con claridad los acordes de los himnos de Colombia y Norte de Santander, que los presentes entonaron con sentimiento patrio. Luego tomó la palabra el presidente de la Academia de Historia, Iván Vila Casado, quien recordó que Colombia y Venezuela tienen una historia común de más de 200 años. “Le pedimos a las autoridades de Venezuela quitar la barrera de alambres de púa que hoy separan a colombianos y venezolanos en esta frontera.
Tradicionalmente nuestras familias se han unido por generaciones. Tenemos abuelos, tíos, primos, a uno y otro lado. Lo que han hecho con familias que tuvieron hijos en Venezuela y separaron al padre o la madre al momento de la deportación por ser colombianos y que los hijos se quedaban allá porque son de la patria venezolana, es algo aberrante”, afirmó el historiador y ex magistrado, quien pidió cesar cuanto antes este drama humanitario.
Recordó también que fueron miles de colombianos que asentados en Venezuela hace más de cuatro décadas, desarrollaron el campo y crearon industrias, generando empleo especialmente para los venezolanos, puesto que la ley del vecino país establece que sólo el 10 por ciento de extranjeros pueden trabajar en una empresa. “Lo que hoy vemos es una gran ingratitud para con estos colombianos de bien”. Vila Casado agradeció la asistencia y antes del mediodía la gente regresó a sus hogares.
Cabe recordar en momentos como este cómo cobran vigencia las últimas palabras del Libertador Simón Bolívar en Santa Marta, poco antes de morir: “Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.