Por José Gilberto Donado Grimaldo – Don GRIM. – Acabo de «confeccionar» el presente SONETO, pensando en uno de los personajes del Evangelio, muy a propósito de estos días de refelexión, recogimiento y semblanzas de diálogo con nuestro propio espíritu.
En virtud a mis convicciones religiosas, dadas mi formación en familia y la academia, representado este actor como uno de los «protagonistas» de los hechos que antecedieron al holocausto del Hijo de Dios como su máxima expresión de amor a la humanidad, y en razón de ser este humilde pescador quien encarna quizá uno de los peores defectos de nuestra condición humana, decidí tomar la pluma y plasmarlo, para dejarlo a consideración de mis amigos.
…Pero a su vez, la otra connotación relevante, es la disposición del personaje para no quedarse sumergido en su condición meramente humana, sino apelar a su espiritualidad, al aura Divina que a todos nos cobija y sentir que será permeado por la poderosa mano del Arquitecto del Universo, para sanear su actitud, que él mismo consideraba que podría llegar a lo protervo.
Como es acostumbrado en mis composiciones, lo titulé al final y fuí desechando «Pedro»… «El pescador», .. «El cobarde apóstol»,… ,
«Desleal» y opté esta designación porque precisamente los dos cuartetos del poema son un DIÁLOGO franco, escueto, que según el relato biblico se produjo en momentos muy serenos. Sus tercetos son un MONÓLOGO de nuestro «amigo de marras» en momentos de confusión, pero a su vez de lucidez y reaccionando en su fuero interno a su capacidad de amar, de arrepentirse y esperar el amparo del Creador…
..Lo mismo que nos puede suceder. Y lo de SUBLIME por lo grandioso, la exhaltación que representa y por la magnitud en la dimensión de la interpretación, que, a juicio del autor, significa.
DIÁLOGO Y MONÓLOGO SUBLIME
“Maestro de bondad, Maestro bueno
Muy fiel siempre estaré, con energía;
Lealtad y firmeza noche y día
Es mi única promesa, Nazareno”.
“Porque tranquilo estás y muy sereno,
Y tampoco es la hora todavía;
Más cuando de por medio esté tu vida,
Me negarás y aún no te condeno”.
“Qué tristeza, amargura, soledad
Es muy cierto, Señor, yo te he negado.
Mas te imploro, suplico, por piedad…
…que mires a este ser acongojado;
Solamente por tu amor seré salvado,
Apelo a tu perdón y a tu bondad”.
Autor: Don Grim
Cordial saludo. Don Grim.
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