Por Jorge Enrique Báez Vera. Fallecido, el doctor Jose Luis Acero Jordan, su discípulo, compañero y amigo Álvaro Orlando Pedroza Rojas, publicó en www.somoslarevista, una semblanza de su vida y obra, y en posterior conversación que sostuvimos, se dolia Álvaro, de la escasa asistencia a ceremonia religiosa en tributo al alma de un hombre que tanto hizo por nuestra región, lo que denota nuestra ingratitud.
Fue entonces cuando escribíi a Álvaro esta misiva, reflexiones que me vuelvo a hacer, con motivo de la partida del doctor Andrés Entrena Parra, convencido como estoy que al doctor Andrés, tampoco los nosrtesanrtandereanos le supimos retribuir, en vida, todo lo que hizo por el bien de la región.
Circasia, Quindío, febrero de 2014.
Apreciado Álvaro.
Después de leer, la semblanza que usted hiciera de ese notable nortesantadereano . José Luis Acero Jordán, comentábamos sobre el olvido de la vida y la obra, de José Luis, y la ingratitud que a veces nos caracteriza, en desmedro de vidas tan ejemplares, que tan solo bien hicieron a nuestra región y sus gentes.
Yo no entiendo la ingratitud de la gente, si hasta los animales irracionales, privados de inteligencia, agradecen por instinto, lo que nosotros les manifestamos… nuestros queridos perros, gatos, caballos u otros animales que nos acompañan en la vida, sólo les falta hablar para expresarnos su gratitud, virtud que algunos humanos se niegan.
Decía Cicerón, la gratitud «no sólo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás». . La gratitud no se da ni se exige, y ella debe ser natural manifestación de nuestra generosidad. La gratitud sabe ver en los demás el bien que de ellos hemos recibido, y no como en los ingratos que sólo saben de intereses propios
Honorato de Balzac (1799-1850), terminaba las cartas a su madre: «Su obediente y agradecido hijo»,. Qué contraste, con muchas personas que ni siquiera reconocen lo hecho por ellos por sus padres «La gratitud es un deber», quienes son incapaces de ella, son de por si reprochables ,. La gratitud hace que demos sin recordar y recibamos sin olvidar; de ahí que dijera el gran Cervantes: «De gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe».
La gratitud, produce alegría y conduce a la idea de lo que debe ser la generosidad. Yo creo que el ingrato, vive vacio y nunca esta pleno, no llega nunca a ser feliz porque desconocen el sentido de los beneficios y temen el castigo de sus ingratitudes, por el contrario el agradecido vive feliz, esperando la ocasión de manifestar su agradecimiento lo cual lo hace más feliz
La gratitud debe ser parte de nuestra rutina diaria, porque el único exceso recomendable es el de la gratitud. De ahí que yo agradezca muy profundamente a los amigos, como usted, que a pesar del tiempo y la distancia, están y han estado a mi lado, en las buenas y en las malas
No sobra decir que los grandes hombres son agradecidos; los mediocres son ingratos. De ahí que , debemos expresar nuestro agradecimiento a todos los que, en una u otra forma, nos ayudan…por eso, a mí, como a usted, me duele , la ingratitud de nuestras gentes, para con hombres como José Luis Acero Jordán, que tanto hicieran por nosotros.
Su amigo, que agradece, su valiosa amistad.
JORGE BAEZ
Hoy meses después, tan sólo digo, gracias doctor Andrés.
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