Por José Neira Rey. La despedida de Teodosio Cabe Quiñonez, que fue un hombre de permanente preocupación por el servicio y en las distintas actividades, que su historial de vida le prodigó, intentó hacer y acompasar lo mejor, constituye una gran pérdida para la región y la zona fronteriza, a las que se entregó con afecto y dedicación constante.
Quienes, lo escuchamos en tertulia de amigos, lo leímos en el Diario de la Frontera o seguíamos sus argumentaciones y planteamientos, que siempre aludían a la cooparticipación ciudadana y a las obligaciones civiles y morales, que todos debemos cumplir, captábamos en él, la voluntad y el deseo de hallar soluciones, en propuestas y alternativas de progreso.
Acompañando a su familia y reconociendo que había en él, a un servidor integral y ejemplar, que amó a su tierra e intentó lo mejor para ella, nos unimos a los sentimientos que nacen y convoca a sus familiares y amigos, ante el final de su tarea y la obligada cita con el tiempo y con la vida, que nos corresponde cumplir, a todos los mortales.
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