Por Gabriela Camargo Vega. Una vez más los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander que unen a Cúcuta ncapital de Norte de Norte de Santander con las poblaciones venezolanas de San Antonio y Ureña fueron tomadas por manifestantes que desesperados con el proceder de la Guardia Nacional incendiaron vehículos y causaron destrozos a las instalaciones de la DIAN de Colombia.
Hoy fueron 8 carros incinerado, ataque a las oficinas de la DIAN y de otras entidades apostadas en la frontera, mañana posiblemente, no serán objetos materiales los que sufran esta arremetida desesperada de la gente que vive en la frontera, serán muertos y tal vez un levantamiento que quizá sea difícil de controlar.
La medida unilateral tomada desde hace más de un mes por el gobierno de Nicolás Maduro para, según ellos controlar el contrabando hacia Colombia, causante de la ruina que se registra en Venezuela ,ya no es un tema para seguir tratándolo desde las oficinas del Congreso colombiano, las autoridades de Colombia a nivel central y departamental deben ya tomar decisiones contundentes y frenar el caos que día a día se registra y que se va saliendo de las manos, mientras el gobierno del vecino país insiste en que el cierre fronterizo si ha servido para recuperar alimentos y demás artículos de la canasta familiar.
Hoy el diario capitalino El Espectador registra como el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, malgastó dos millones de dólares en su viaje a New York en el marco de la cumbre de Naciones Unidas viajando con una comitiva de 175 personas compuesta por familiares, militares, escoltas y tal vez todo el gabinete. Cada día de habitación costó mil dólares. Y no hay dólares en Venezuela, no hay pasajes para salir del país, no hay alimentos, no hay energía pero si hay una escandalosa corrupción que afecta insosteniblemente a la frontera colombo-venezolana y cuando esta se prenda ya no será hora para reuniones mediocres y sin sentido pues las verdaderas decisiones nunca se tomaron por miedo al dictador.
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