Por Hugo Pérez MD – Al mejor estilo de “ordóñese de la risa” al señor Procurador, la Corte Constitucional le metió el GOL de su vida. Le hizo rectificar que el medicamento Misoprostol comercialmente conocido como CYTOTEC, no es un medicamento abortivo sino que se trata simple y llanamente de un conocido medicamento anticonceptivo.
El Misoprostol es un medicamento análogo sintético de La Prostaglandina E 1, utilizado para el tratamiento y prevención de las ulceras gástricas y duodenales, especialmente las segundarias o adquiridas por el uso y el abuso de los AINES o (Anti Inflamatorios No Esteroideos) tales como el Ibuprofeno, Diclofenac; entre otros.
El Misoprostol, tiene efectos sobre el Sistema Muscular Uterino, ocasionando contracciones regulares sobre este y de hecho induce por este mecanismo el desprendimiento de las unidades Placenta, Saco Vitelino , Embrión o Feto; siendo conocido ampliamente en el ángor médico que se trata de una medicamento claramente “abortivo”.
Pues bien la sentencia lo obligo a ratificar que no se trata de un medicamento abortivo sino que se trata de un medicamento utilizado como método anticonceptivo en términos del concepto conocido como la pastilla del día después.
Pues bien, nada más lejano de la realidad, La Píldora del Día después, del coito, avalada en Colombia y distribuida por Profamilia, es El levonorgestrel, el cual es una medicamento hormonal propiamente dicho que evita la implantación del ovulo en el lecho uterino.
Pues bien para el gremio médico, tener una Corte Constitucional, que promueva abiertamente el uso del medicamento Misoprostol, es claramente contrario a la evidencia científica y peligroso para la salud de la población femenina la cual interpretaría el mandato, como si se estuviera dando el aval a un medicamento seguro, pero no lo es, este medicamento tiene efectos peligrosos sobre la salud cuando no se prescribe bajo la supervisión de un profesional médico, preferiblemente especializado.
Nos da la impresión que el debate sobre los derechos fundamentales alrededor el aborto, no solo arroja vicios de fundamento y falta de asesoría médica sino que está crudo y pone en riesgo la población más que su objetivo de contribuir al bienestar social.
Al menos en este punto la Corte Constitucional debe rectificar.
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